Un florero con algunas flores frescas tienen el poder de armonizar un ambiente, por su colorido y aroma dan un toque de delicadeza al lugar, pasando de una estancia inanimada a un lugar con vida.
Pocos tenemos la costumbre de comprar flores regularmente; en general esperamos a que nos las regalen. Pero es un placer que no deberíamos dejar en manos de otro.
México es un país rico en flores y plantas, su clima es propicio para sembrar gran variedad y se encuentran a buenos precios especialmente en los mercados de la ciudad. Yo no lo sabía hasta que conocí a mi “florista de confianza” que según la ocasión me prepara arreglos a medida. Desde modestos ramos de $50 pesos para renovar las flores frescas semanalmente, hasta preciosos arreglos conmemorativos.
La experiencia de comprar flores para la casa es como hacerle un cariño a tu hogar, consentir un poco la estancia en donde pasas la vida y agregarle belleza a tu cotidianidad. Y lo mejor es que la relación con el florista es mucho más estable que la de pareja así que tu casa ya no tiene que sufrir por tus desatinos amorosos.

Fotos: @piolojuvera